viernes, 19 de marzo de 2010

Sombras del Pasado: Prólogo

Por fin eran las cinco de la tarde. Mi turno iba a terminar ya y me podría ir de una vez del Grill. Las vacaciones de verano habían terminado, pero a mi no me importaba, aún así nunca salía del Internado donde vivía. Me iría a la habitación a terminar de colocar las cosas para el primer día de clase de último curso, y después me relajaría escribiendo en mi blog y tomando una taza de chocolate. Y me sentaría tan bien un buen baño...Pero una voz masculina y joven rompió mi burbuja, sacándome así de mi ensoñación.


    • Rachelle...esto...

    • ¿Qué quieres Ryan?

    • ¿...Te puedes hacer cargo de mi turno?

    • ¡¿QUÉ?!Pero...¿pero tú qué te has fumado?¿crees que me voy a tirar aquí dentro otras tres horas por lo menos para que te vayas tu por ahí?

    • Te pagaré, ¡te lo prometo!

    • ¿Ah si?¿Y cuanto si se puede saber?

    • Quince dolares.

    • Treinta.

    • No, quince.

    • Veinte y no bajo mas, o no hay trato.

    • Está bien...veinte...

    • Por hora.

    • ¿Que?¡Ni de coña!

    • Pues no hago tu turno.

    • ¡Rachelle nunca puedo contar contigo!Por favor...es que...he quedado con una chica ¡y si no llegaré tarde!

    • No haber quedado con ella, sabías que hoy tenías que trabajar. Que te espere fuera cuando termines.

    • ¡Es que no sabe que trabajo! No creo que saliese conmigo.

    • Ese es tu problema Ryan. Estoy harta de quedarme aquí horas y horas como para encima quedarme haciendo lo que deberías hacer tu. Me voy y no hay mas que hablar.

    • Ten amigas para esto...

    • Ryan...¿desde cuando me consideras tu amiga?¿Desde que me pides que te haga favores?

    • Está bien...pero si la chica se pira ha sido culpa tuya.

    • No me digas eso que me echaré a llorar... - concluí con sarcasmo y una sonrisa amarga. Que tengas un buen curso...


Ryan siempre estaba igual...que si puedes hacer mi turno, que si me puedes dar dinero, que si le dices al jefe que trabajo mucho...Excusas, excusas y mentiras. Y no lo aguantaba más. Bien, algo a mi favor...habían puesto algo de música...para despedirme de este antro. En realidad, trabajar aquí no estaba tan mal, buena gente, y, en cierto modo, buen sueldo para una chica de diecisiete años. Estaba guardando mi delantal cuando llegaron Page y Mandy, las chicas que nunca me habían abandonado desde que nos conocimos.


    • Bien...¿preparada para salir de aquí y empezar de nuevo las clases? - me preguntó Page, mientras me abrazaba y me saludaba después de un mes sin vernos.

    • ¡Desde luego! Ya os echaba de menos chicas...¡ven aquí Mandy! - dije, reuniendo a las dos en un fuerte abrazo – antes de irnos...¿queréis beber algo?

    • Si...¿por qué no? - comento Mandy – ya sabéis que yo no bebo pero...¡qué más da! Este es nuestro ultimo día de libertad mientras que estemos en ese internado, ¿no?

    • ¡Exacto! - siguió Page - ...¿tres cubatas y brindamos?


Las sonreí y me puse a buscar licores. El hecho de trabajar allí también era un alivio si eras menor de edad y te gustaba beber. Saqué una botella de ron y otra de coca-cola, y me dispuse a hacer los cubatas mientras contestaba impaciente a las preguntas de mis amigas.


    • Bueno y...¿qué tal el verano?¿Trabajando mucho?¿Algún chico por ahí escondido?

    • Jaja, no, ¡claro que no!Ningún chico, ni encontrado ni escondido. Sabéis que yo no quiero estar con nadie a menos que sea la persona perfecta para mi – les dije, sonriendo para mis adentros mientras les servía los cubatas -.

    • ¿El chico perfecto? Venga Rachelle, no caerá esa breva! - dijo Page, sin parar de reír - ¡Sabemos que eso no es cierto! Lo que pasa es que no sabes ligar.

    • Por que tu lo digas, ¿no? Claro que sé, pero es que todavía no he escogido a mi presa.

    • Si, claro...

    • ¡Pues claro! Yo me acerco a los chicos...y si veo que no es nada en especial...les dejo marchar.

    • ¿Como a Malcolm?

    • Malcolm...es un caso a parte, chicas. Ya lo sabéis.

    • Anda que...para un tío que te tira los tejos y tu pasas de él...

    • No paso de él...pero....Malcolm es mi amigo, nunca me gustó, y no sería capaz de salir con una persona solo por que ella quisiese.

    • Vale...y una última persona....Drake.

    • ¿Qué? No me habléis de ese niñato creído, por favor.

    • Te liaste con él.

    • ¡Hace años! ¡Si incluso estaba en el grupito de Mel! Y me gustaba solo por que era el chico popular y guapo, aunque fuese un capullo. Y dejemos de hablar de chicos, por favor, a menos que vayáis a hablar de vuestros ligues, en cuyo caso no os haré ni caso.


Estábamos brindando cuando un apuesto joven entró al bar. Dios. Era increíblemente guapo, como ningún otro que hubiese visto antes. Pelo castaño oscuro, ojos verdes, pálido de piel y nariz recta. Además era alto, muy alto, y tenía tal figura que incluso llevando ropa andrajosa estaría hermoso.


    • Vaya vaya...parece que por fin Rachelle ha elegido a su presa...ñaam...... - le dijo Mandy en voz baja a Page, y las dos rieron, aunque parecía que a mí no me importaba. Todavía tenía la vista fija en aquel chico tan guapísimo que acababa de sentarse en una mesa - ¡Ataca Rachelle, ataca!

    • ¿Está Ryan por ahí, chicas?

    • ¿Qué...Ry...Ryan?¿Para que le quieres?

    • Para nada en especial...esperad un momento, ahora vengo – no le tuve que buscar mucho, puesto que estaba en la cocina – Ryan, ¿puedo hablar contigo?

    • ¿Ahora que quieres Rachelle?

    • Emm...me quedo quince minutos más y tu te vas quince minutos antes, ¿qué te parece?

    • Es muy poco tiempo...

    • ¿Lo tomas o lo dejas?

    • ¡Lo tomo, lo tomo! ¿Cuanto dinero quieres?No abuses que no tengo mucho.

    • Nada...no...no te preocupes por el dinero.

    • ¿En serio?

    • Si, en serio.

    • Y...¿a que se debe este cambio de idea?

    • No preguntes, solo déjame como cliente a aquel chico que se acaba de sentar, ¿entendido?

    • Vaya...la leona ya ha elegido a su presa...

    • ¿Queréis dejar de decir todos eso?

    • Si, si claro...como usted mande... - volví a pasar por la barra, me cogí el delantal y simplemente les guiñé un ojo a las chicas, justo antes de dirigirme hacia el chico – Hola, buenas tardes, ¿Que desea tomar?

0 comentarios:

Publicar un comentario

viernes, 19 de marzo de 2010

Sombras del Pasado: Prólogo

Por fin eran las cinco de la tarde. Mi turno iba a terminar ya y me podría ir de una vez del Grill. Las vacaciones de verano habían terminado, pero a mi no me importaba, aún así nunca salía del Internado donde vivía. Me iría a la habitación a terminar de colocar las cosas para el primer día de clase de último curso, y después me relajaría escribiendo en mi blog y tomando una taza de chocolate. Y me sentaría tan bien un buen baño...Pero una voz masculina y joven rompió mi burbuja, sacándome así de mi ensoñación.


    • Rachelle...esto...

    • ¿Qué quieres Ryan?

    • ¿...Te puedes hacer cargo de mi turno?

    • ¡¿QUÉ?!Pero...¿pero tú qué te has fumado?¿crees que me voy a tirar aquí dentro otras tres horas por lo menos para que te vayas tu por ahí?

    • Te pagaré, ¡te lo prometo!

    • ¿Ah si?¿Y cuanto si se puede saber?

    • Quince dolares.

    • Treinta.

    • No, quince.

    • Veinte y no bajo mas, o no hay trato.

    • Está bien...veinte...

    • Por hora.

    • ¿Que?¡Ni de coña!

    • Pues no hago tu turno.

    • ¡Rachelle nunca puedo contar contigo!Por favor...es que...he quedado con una chica ¡y si no llegaré tarde!

    • No haber quedado con ella, sabías que hoy tenías que trabajar. Que te espere fuera cuando termines.

    • ¡Es que no sabe que trabajo! No creo que saliese conmigo.

    • Ese es tu problema Ryan. Estoy harta de quedarme aquí horas y horas como para encima quedarme haciendo lo que deberías hacer tu. Me voy y no hay mas que hablar.

    • Ten amigas para esto...

    • Ryan...¿desde cuando me consideras tu amiga?¿Desde que me pides que te haga favores?

    • Está bien...pero si la chica se pira ha sido culpa tuya.

    • No me digas eso que me echaré a llorar... - concluí con sarcasmo y una sonrisa amarga. Que tengas un buen curso...


Ryan siempre estaba igual...que si puedes hacer mi turno, que si me puedes dar dinero, que si le dices al jefe que trabajo mucho...Excusas, excusas y mentiras. Y no lo aguantaba más. Bien, algo a mi favor...habían puesto algo de música...para despedirme de este antro. En realidad, trabajar aquí no estaba tan mal, buena gente, y, en cierto modo, buen sueldo para una chica de diecisiete años. Estaba guardando mi delantal cuando llegaron Page y Mandy, las chicas que nunca me habían abandonado desde que nos conocimos.


    • Bien...¿preparada para salir de aquí y empezar de nuevo las clases? - me preguntó Page, mientras me abrazaba y me saludaba después de un mes sin vernos.

    • ¡Desde luego! Ya os echaba de menos chicas...¡ven aquí Mandy! - dije, reuniendo a las dos en un fuerte abrazo – antes de irnos...¿queréis beber algo?

    • Si...¿por qué no? - comento Mandy – ya sabéis que yo no bebo pero...¡qué más da! Este es nuestro ultimo día de libertad mientras que estemos en ese internado, ¿no?

    • ¡Exacto! - siguió Page - ...¿tres cubatas y brindamos?


Las sonreí y me puse a buscar licores. El hecho de trabajar allí también era un alivio si eras menor de edad y te gustaba beber. Saqué una botella de ron y otra de coca-cola, y me dispuse a hacer los cubatas mientras contestaba impaciente a las preguntas de mis amigas.


    • Bueno y...¿qué tal el verano?¿Trabajando mucho?¿Algún chico por ahí escondido?

    • Jaja, no, ¡claro que no!Ningún chico, ni encontrado ni escondido. Sabéis que yo no quiero estar con nadie a menos que sea la persona perfecta para mi – les dije, sonriendo para mis adentros mientras les servía los cubatas -.

    • ¿El chico perfecto? Venga Rachelle, no caerá esa breva! - dijo Page, sin parar de reír - ¡Sabemos que eso no es cierto! Lo que pasa es que no sabes ligar.

    • Por que tu lo digas, ¿no? Claro que sé, pero es que todavía no he escogido a mi presa.

    • Si, claro...

    • ¡Pues claro! Yo me acerco a los chicos...y si veo que no es nada en especial...les dejo marchar.

    • ¿Como a Malcolm?

    • Malcolm...es un caso a parte, chicas. Ya lo sabéis.

    • Anda que...para un tío que te tira los tejos y tu pasas de él...

    • No paso de él...pero....Malcolm es mi amigo, nunca me gustó, y no sería capaz de salir con una persona solo por que ella quisiese.

    • Vale...y una última persona....Drake.

    • ¿Qué? No me habléis de ese niñato creído, por favor.

    • Te liaste con él.

    • ¡Hace años! ¡Si incluso estaba en el grupito de Mel! Y me gustaba solo por que era el chico popular y guapo, aunque fuese un capullo. Y dejemos de hablar de chicos, por favor, a menos que vayáis a hablar de vuestros ligues, en cuyo caso no os haré ni caso.


Estábamos brindando cuando un apuesto joven entró al bar. Dios. Era increíblemente guapo, como ningún otro que hubiese visto antes. Pelo castaño oscuro, ojos verdes, pálido de piel y nariz recta. Además era alto, muy alto, y tenía tal figura que incluso llevando ropa andrajosa estaría hermoso.


    • Vaya vaya...parece que por fin Rachelle ha elegido a su presa...ñaam...... - le dijo Mandy en voz baja a Page, y las dos rieron, aunque parecía que a mí no me importaba. Todavía tenía la vista fija en aquel chico tan guapísimo que acababa de sentarse en una mesa - ¡Ataca Rachelle, ataca!

    • ¿Está Ryan por ahí, chicas?

    • ¿Qué...Ry...Ryan?¿Para que le quieres?

    • Para nada en especial...esperad un momento, ahora vengo – no le tuve que buscar mucho, puesto que estaba en la cocina – Ryan, ¿puedo hablar contigo?

    • ¿Ahora que quieres Rachelle?

    • Emm...me quedo quince minutos más y tu te vas quince minutos antes, ¿qué te parece?

    • Es muy poco tiempo...

    • ¿Lo tomas o lo dejas?

    • ¡Lo tomo, lo tomo! ¿Cuanto dinero quieres?No abuses que no tengo mucho.

    • Nada...no...no te preocupes por el dinero.

    • ¿En serio?

    • Si, en serio.

    • Y...¿a que se debe este cambio de idea?

    • No preguntes, solo déjame como cliente a aquel chico que se acaba de sentar, ¿entendido?

    • Vaya...la leona ya ha elegido a su presa...

    • ¿Queréis dejar de decir todos eso?

    • Si, si claro...como usted mande... - volví a pasar por la barra, me cogí el delantal y simplemente les guiñé un ojo a las chicas, justo antes de dirigirme hacia el chico – Hola, buenas tardes, ¿Que desea tomar?

0 comentarios:

Publicar un comentario